No hay nadie más experta en los trabajos de media jornada que Beca: a sus 18 años no sólo es la mayor de cuatro hermanos, también es la compañera de combate junto a su madre para sacar a la familia adelante al la vez que estudia muy duro para las clases. Después de que su padre se marcharse sin ninguna explicación cuando ella tenía sólo 16 años, aprendió una gran lección: no te fíes de ningún tipo con sonrisa arrolladora y un imán natural para las nenas. A pesar de ello, pronto conoce a Alex, un enigmático y atractivo estudiante de Bellas Artes que puede hacer aparecer mágicamente mariposas en su estómago y que irremediablemente cambiará su vida para siempre mediante un giro inesperado del destino.
Una historia de amor auténtico, un amor que no tiene fin, un amor de dos caras que sólo es el principio. La novela New Adult que marca la diferencia.
El Chato, quien narra esta historia, toma cerveza de sus experiencias desde que conoció en campaña de guerra al Güero, después llamado Juan Vargas, hombre de respeto y de poder. Las situaciones van ligando estrechamente las vidas de los dos hombres: en un principio, el pelotón; luego, la relación laboral. Una vez que el Chato sale de prisión, se convierte en la mano derecha del patrón hasta que éste pierde todo y aquél, siguiendo las enseñanzas de Joaquín, el peluquero del penal, se dedica a ese oficio. Para el Chato La vida siendo un sueño de pronto se hace pozo, profundidad de espanto, mariposa negra. La muerte, digo, sin avisar, siendo su territorio la noche, mata. Vargas muere sin haber tenido una impresión de la vida y sólo entonces el narrador se siente libre de un peso, de las sombras, del fango.
Roberto Bravo, con una prosa que atrapa desde las primeras líneas, nos transporta Al sur de la frontera, sitio en el que las pasiones humanas se desencadenan a la par que las palabras.