Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
La ventana hundida es una muestra perfecta del arte narrativa de Jes?s Gardea (Delicias, Chihuahua, 1939-2000), en ella, publicada por primera vez en 1992, y despu?s de una d?cada muy f?rtil, Gardea ya no necesita demostrar nada y tiene un lugar entre los grandes novelistas de su generaci?n. No obstante insiste en una progresiva depuraci?n de su proyecto literario, cada vez m?s tangible en su intenci?n y en su tersura. M?s all? de los personajes con nombre y apellido lo que habita el libro es la luz, la luz como personajes, en sus reflejos, en sus inclemencias, en sus revelaciones. Cualquier cambio en el claroscuro de una habitaci?n, en la ausencia de sombras de un sol vertical en medio de la plaza o en el brillo de la morada refiere en pocas frases psicolog?a y rencores, pasado y -en cierta manera - el impredecible futuro de los personajes ya inscritos en esas oscilaciones.La sintaxis de Gardea es un tiz?n, una fuente de luz y calor, como ese sol que entra por la ventana en las primeras frases de la novela.