Alfonso Reyes dijo de Goethe que si pecó por algo fue por querer aplicarlo todo al alcance de los sentidos, negándose a la mano oscura de la matemática o a las abstracciones filosóficas, y agregó: "nunca quiso pensar en el pensamiento, sino sólo en las cosas". Con su jugosa exposición, Alfonso Reyes nos pinta la existencia, obra y contorno del genio creador de Fausto.
El relato que da título al libro se sitúa en la comunidad de la Orquídea, un reducto urbano de Tijuana. Clara Lucía y su esposo Diego Nyala tienen gemelas, y la ciudad parece reaccionar a ello como a una infección. Ambas hermanas son Clara: la mayor, Clara la Buena, es cosa de presumir, en tanto que la otra, bueno, a Clara la Mala se le encierra en un cuarto oscuro.Las gemelas Nyala crecen cada una a su ritmo --y a su rumbo-- bajo el escrutinio de un ecléctico coctel de vecinos, familiares y amigos: un periodista italiano, un sacerdote con ínfulas de Barrabás, comerciantes de giros primarios y clandestinos, enfermeras y médicos que trasladan su crisis profesional a la ciudad, y la omnipresencia de la Señora Krupps.