Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
El relato que da título al libro se sitúa en la comunidad de la Orquídea, un reducto urbano de Tijuana. Clara Lucía y su esposo Diego Nyala tienen gemelas, y la ciudad parece reaccionar a ello como a una infección. Ambas hermanas son Clara: la mayor, Clara la Buena, es cosa de presumir, en tanto que la otra, bueno, a Clara la Mala se le encierra en un cuarto oscuro.Las gemelas Nyala crecen cada una a su ritmo --y a su rumbo-- bajo el escrutinio de un ecléctico coctel de vecinos, familiares y amigos: un periodista italiano, un sacerdote con ínfulas de Barrabás, comerciantes de giros primarios y clandestinos, enfermeras y médicos que trasladan su crisis profesional a la ciudad, y la omnipresencia de la Señora Krupps.