En los poemas de 1331 Ángel Ortuño pone en juego referentes tomados tanto de la actualidad periodística como del mundo cibernético, la zoología o la historia. La sorpresa opera aquí como categoría estética, en la línea de Lautréamont y su célebre "encuentro fortuito, sobre una mesa de disección, de una máquina de coser y un paraguas": la heterogeneidad puesta al servicio del hallazgo. El sentido del humor de Ortuño rehúye el chiste fácil y apunta, en cambio, hacia la desmitificación carnavalesca de lo sublime.