En este título el erotismo y la agonía del individuo, a través del tamiz de la palabra, son los ejes temáticos. En él, la pasión ha encontrado un punto de sosiego que permite a la autora mirar hacia el pasado y encontrarse en un presente donde los hechos del mundo aparecen bañados por una luz reconfortante. La poeta acepta lo que es y lo que viene, consciente, acaso, de que uno es con el mundo. Más allá de la polémica de la palabra contra la palabra misma, en Brizna de hierba Ana Rosa González Matute le da la bienvenida a un nuevo ciclo dentro del cuerpo, creciente y admirable, de su producción poética. El presente título, difunde la obra de una poeta en cuya poesía las palabras, distribuidas a lo largo de la página, dan la impresión de generar, por un lado, una partitura, y por el otro, una organización visual que tiende a realzar la concisión de la expresión poética.