El autor sostiene que la economÃa y la literatura tienen puntos de contacto y para demostrarlo aborda los siguientes temas: el origen histórico de la filosofÃa y del dinero acuñado, asà como la postulación bivalente que afirma que las palabras señalan cosas concretas y que el dinero implica la posibilidad de obtener bienes si aceptamos que la literatura es valorable.
Había una vez un pobre leñador que quería casarse con la hija de un rico posadero. Éste le dijo al enamorado que para casarse con su hija debía traerle tres plumas de oro del terrible dragón que vivía en lo más profundo del bosque. El joven, que era muy valiente, emprendió el camino.