El autor sostiene que la economÃa y la literatura tienen puntos de contacto y para demostrarlo aborda los siguientes temas: el origen histórico de la filosofÃa y del dinero acuñado, asà como la postulación bivalente que afirma que las palabras señalan cosas concretas y que el dinero implica la posibilidad de obtener bienes si aceptamos que la literatura es valorable.
Por su ritmo juglar, esta sátira amorosa titulada Tu nombre en la hojarasca se deja leer de principio a fin sin asomo de preocupación por el paso del tiempo. Su fundamento, conceptuallizado en el "amor eterno" que el personaje siente hacia la pérdida del cuerpo en el que desahogaba su éxtasis febril, tal como si lo hiciera con una muñeca inflable, es asimismo un buen pretexto para entregarse al perverso goce de la creación, sin el riesgo de agradecer a los infiernos.