Un dragón que toma coca cola, una ciudad gobernada por políticos corruptos e incapaces, un jefe de policía alcohólico y aficionado al teibol, una prensa amarillista; una joven punk en peligro y un inesperado héroe en patineta son los elementos de este cuento que recrea, con gran sentido del humor y cierto pesimismo fatalista, el legendfario mito del cabellero y el drágon