Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
Según cuenta el propio Gibbon, el 15 de octubre de 1764, en Roma, mientras meditaba «entre las ruinas del Capitolio», tuvo «la idea de escribir sobre la decadencia y caída de la ciudad», un proyecto, sin embargo, al que parecía abocado por toda su trayectoria vital e intelectual. Gran erudito, interesado por todas las disciplinas, de talante ilustrado y contrario a todo prejuicio o superstición, la admiración de Gibbon por la civilización clásica le impulsó a buscar en la historia las razones del progresivo deterioro de los ideales de libertad política e intelectual. La versión abreviada que aquí presentamos, preparada por Dero A. Saunders en 1952, condensa lo más relevante de esta gran obra, principalmente de su primera mitad. Indudablemente, Decadencia y caída constituye una de las obras clave para entender los fundamentos de la cultura occidental.