¿Qué es lo que más deseará, el sabor del helado o el sabor de un nuevo amor?

Enara Castro había ofrendado su corazón al dios del amor y terminó perdiendo algo más que su felicidad. Por eso, creyó que nunca latiría con tanta fuerza por otro chico. Que nada igualaría lo que tuvo y estropeó por sus inseguridades.

Ha tenido la mejor de las vidas, lujos, una madre incondicional y un grupo de amigos maravilloso. Sin embargo, siempre tiene que lidiar con esa sensación de ausencia. De pronto, aparece alguien que no recuerda, aunque Ezra si se llevó su amor platónico por ella al extranjero cuando era niño. De testigo quedó una carta cuya autoría se le atribuyó a otra persona.

El chico que regresa ilusionado por una nueva oportunidad le hará replantearse si su antigua relación merece la pena como para seguir llorando o abrir su vida a alguien que parece tener buenas intenciones.

Enara lidiará con esos sentimientos arraigados mientras desea hacer un hueco a quien le entrega su tiempo y atención. Pero no será tan fácil cuando su expareja permanece en su vida para evocarle cada uno de los momentos vividos por ambos. Esto la pondrá en la más complicado de las posiciones para decidir qué es lo que más desea, quiere y anhela: un amor paciente o un amor bonito.