Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
Las Américas son múltiples, plurales, variadas. La historia de los países de América Latina es compleja y, pese a que rebosa de acontecimientos comunes, no se deja encasillar fácilmente en un reduccionismo simplista. Los análisis de nueve países presentados en este libro desde América del Norte (México), pasando por América Central (Nicaragua) y América del Sur (Colombia, Ecuador, Perú, Uruguay, Venezuela), para llegar a las Antillas (Haití, República Dominicana)- demuestran que el hecho de estar vinculados por fenómenos históricos comunes, no los hace menos únicos y específicos. Pese a que los Estados estudiados son todos singulares (marcados por especificidades irreductibles), todos ellos están igualmente vinculados por historias semejantes y -aspecto central contemporáneo- por un ideal común: la promoción y la defensa de valores humanistas impulsados y protegidos por el sistema interamericano de derechos humanos. Este ideal se ha convertido en un derecho común, un ius commune, generado por el sistema interamericano de derechos humanos. Ha llegado el momento (56 años después de la creación de la Comisión y 36 años después de la Corte) de adentrarse en el estudio del impacto de ese ius commune interamericano en el seno de los Estados. Si el análisis de la jurisprudencia de la Corte y de los informes de la Comisión resulta siempre necesario pues su crítica constructiva alimenta además los análisis doctrinales en las Américas y en Europa ahora deviene capital tomar la medida concreta del impacto de las decisiones de los órganos interamericanos de derechos humanos sobre los sistemas políticos y ¡jurídicos de los Estados. El lector descubrirá, de acuerdo con sus curiosidades intelectuales, la extrema riqueza de los análisis desarrollados por los autores, su precisión, su agudeza, su contribución a la ciencia del derecho interamericano de los derechos humanos.
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