El autor sostiene que la economÃa y la literatura tienen puntos de contacto y para demostrarlo aborda los siguientes temas: el origen histórico de la filosofÃa y del dinero acuñado, asà como la postulación bivalente que afirma que las palabras señalan cosas concretas y que el dinero implica la posibilidad de obtener bienes si aceptamos que la literatura es valorable.
El conocimiento científico no solo trata de explicar lo complejo en términos sencillos ni es mero estimulo de la invención tecnológica. En realidad, se ha convertido en la analogía más profunda de la cultura de nuestro tiempo. Genera gran parte de las jergas y símbolos, y ha penetrado firmemente en los postulados metafísicos, filosóficos y artísticos más elementales.
Parte de este conocimiento, crucial para el tercer milenio, es la cibernética.