Elemento indispensable en la formación de toda persona culta sigue siendo hoy el conocimiento de las letras clásicas. El autor traza aquà un panorama de la literatura latina sin omitir nada esencial y dando una clara idea de las figuras y corrientes.
Cerca de dos millones de perros "sin dueño" deambulan por las calles de la ciudad de México. A trote por este libro descubrimos que el perro callejero si tiene dueño: barrio, la colonia, el pueblo. Los vecinos juegan con él, le abren las puertas de sus casas, le dan de comer y beber, lo protegen de la perrera. Le ponen un nombre y en ciertos casos, hasta un collar. El perro, sin favoritismos, le es fiel a cada uno de sus "dueños". Responde a los varios nombres que le ponen. Incluso llega a arriesgar su vida para defender a sus múltiples benefactores. El perro callejero puede formar parte de la vida domestica de una o varias familias, sin embargo jamás será "domesticado" del todo. Vuelve una y otra vez a su casa: la calle. A su libertad.