Alfonso Reyes dijo de Goethe que si pecó por algo fue por querer aplicarlo todo al alcance de los sentidos, negándose a la mano oscura de la matemática o a las abstracciones filosóficas, y agregó: "nunca quiso pensar en el pensamiento, sino sólo en las cosas". Con su jugosa exposición, Alfonso Reyes nos pinta la existencia, obra y contorno del genio creador de Fausto.
Cerca de dos millones de perros "sin dueño" deambulan por las calles de la ciudad de México. A trote por este libro descubrimos que el perro callejero si tiene dueño: barrio, la colonia, el pueblo. Los vecinos juegan con él, le abren las puertas de sus casas, le dan de comer y beber, lo protegen de la perrera. Le ponen un nombre y en ciertos casos, hasta un collar. El perro, sin favoritismos, le es fiel a cada uno de sus "dueños". Responde a los varios nombres que le ponen. Incluso llega a arriesgar su vida para defender a sus múltiples benefactores. El perro callejero puede formar parte de la vida domestica de una o varias familias, sin embargo jamás será "domesticado" del todo. Vuelve una y otra vez a su casa: la calle. A su libertad.