Inventar con una consecuencia extrema, individuos también extremos como los, que la definitiva, integraban el mundo ---, y yuxtaponer a estos individuos dentro de su disparidad. Estas líneas de Elías Canetti pueden aplicarse a La rueca y el paraíso: un juego de tiempos de paralelos y destinos simultáneos como se comporta el tejido atroz de la vida.
Una mañana un hombre, Jacobo Cartola, empleado de Representaciones Fantásticas Ruano, pierde sin saber en donde tres años de su existencia.