Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
Federico Gamboa (1864-1939) es conocido casi exclusivamente como el creador de Santa. El éxito de esta novela, publicada en 1903 y convertida en mito popular a partir de los años veinte, sigue eclipsando otros aspectos no menos importantes de la obra y la vida de su autor. Gamboa fue también el primer escritor hispanoamericano en practicar el memorialismo como un género literario con derechos propios. Sus escritos autobiográficos constituyen un complemento indispensable a la narrativa del novelista mexicano más importante de siglo y ofrecen, en palabras de José Emilio Pacheco, un "incomparable autorretrato de la mentalidad porfiriana".Mi diario es una obra singular en las letras nacionales. Medio siglo transcurren en estas páginas: desde el apogeo del porfiriato hasta las postrimerías del cardenismo. El testimonio de Gamboa, protagonista y luego víctima de los acontecimientos, resulta esencial para quien se interesa en la historia del país.