El autor sostiene que la economÃa y la literatura tienen puntos de contacto y para demostrarlo aborda los siguientes temas: el origen histórico de la filosofÃa y del dinero acuñado, asà como la postulación bivalente que afirma que las palabras señalan cosas concretas y que el dinero implica la posibilidad de obtener bienes si aceptamos que la literatura es valorable.
Que las frutas abunden en la literatura, la pintura y la música cubanas no es motivo de sorpresa, pero siempre lo será lo que el cubano descubre en ellas. Con las frutas se festeja, además, el cuerpo, el erotismo, y se accede a un edén poético. En este libro desenfadado, el notable poeta cubano Orlando González Esteva se divierte y nos divierte ofreciéndonos con gracia e imaginación estos Cuerpos en bandeja que, como Octavio Paz escribió sobres sus poemas, son "pruebas de que el idioma español todavía sabe bailar y cantar". Nos muestra la propensión exagerada del cubano a sorprender en la frutas los atributos del cuerpo humano, y en éste, los tonos, texturas, sabores y aromas de aquéllas, llevándolo a confundir cuerpos y frutas con la tierra natal, y a ésta, con el paraíso. lo acompaña en esta fiesta editorial, ilustrando ampliamente el libro, el reconocido pintor cubano Ramón Alejandro, cuya obra ha encontrado en las frutas tropicales una de las ciffras más claras del deseo.