Elemento indispensable en la formación de toda persona culta sigue siendo hoy el conocimiento de las letras clásicas. El autor traza aquà un panorama de la literatura latina sin omitir nada esencial y dando una clara idea de las figuras y corrientes.
Julián Meza hace de la vocación literaria una manesa, para él la más importante y profunda, de pensar el mundo. Por eso en sus ensayos -Ángeles, demonios y otros bichos, Bestiario de la modernidad mexicana- se ve clara y plenamente al novelista -La huella del conejo, La saga del conejo, La feria de los lacayos-, al narrador que crea personajes que son ideas sin dejar de ser personajes. A la vez, en sus libros de ensayos se ve como las hipótesis recurren a los artificios de un personaje de cuento, nos seducen con su belleza y agilidad, a veces con su heterodoxia o su valentía, de manera que al provocar empatía de tipo afectivo las entendemos mejor. En este sentido su libro Cándidos y tartufos resulta ejemplar y a más de quince años de su publicación sigue siendo una llamada de atención e la búsqueda de un pensamiento sin dogma.