¿Qué es lo que queda cuando el amor se muere? Todos los seres son vulnerables a la tragedia: el corazón se detiene helado, cuando a medio aliento siente la aparición del vacío. Los cuerpos sufren los desgarramientos de los dolos, se quiebran o se colapsan. Pero en torno vemos velocidad amarga del agua que se va, pero en torno vemos que la memoria erige, con la fruición de los artesanos, un sitio en el que las personas y las cosas no precisamente mueren, sino que vuelvan la imagen perfecta de sí mismo. Frente a la adversidad de la ciudad o del paisaje siempre está a punto de desaparecer, el recuerdo vivo de lo transcurrido se transforma en presente mirado y semblante de permanencia: Nos encontramos, acaso, en un paraje desconocido a donde solo hemos llegado como viajeros extraviados, exiguos, casi fantasmales, para entender la realidad de un desencuentro.Ernesto de la Peña (ciudad de México, 1927) realizó estudios de letras clásicas en la Universidad Nacional Autónoma de México. Es profesor universitario y traductor de filósofos y poetas de diversas lenguas, así como una versión de los cuatro evangelios de la Biblia hecha directamente a partir de fuentes griegas.