Marc Slonim proporciona una admiorable introducción pqara los que se inician por los caminos de la novela, el cuento, el teato y la poesÃa rusos y un recordatorio vivificante para los viejos entusiastas de la gran riqueza de esta literatura y de sus más altos representantes.
En Post Scriptum Triste, Federico Cambell (Tijuana, 1941) adopta la forma del diario literario y presenta diversas meditaciones que a lo largo de unos quince años (de 1977 a 1992), entretenido en el periodismo, fue retenido en sus archivos.Los textos, divididos por asteriscos y sin fechas, fluctúan entre uno de dos o cinco líneas y otros de siete o nueve cuartillas, y en su conjunto quieren seguir como modelo el Journal, de Jules Renard, el Diario en público, de Elio Vittorini, o el Diario romano que en 1947 Vitaliano Brancarti empezó a publicar en las páginas de Tempo ilustrato, pero terminan por parecerse más -toda proporción guardada- a Negro sobre negro, de Leonardo Sciascia, por organizarse a la manera de un diario literario, sin serlo en sentido escrito.