Este libro revisa una parte importante de la literatura histórica norteamericana, escrita entre las décadas de 1960 y 1980, interesada en las rebeliones campesinas del periodo revolucionario. Desde el inicio de la Revolución mexicana, periodistas, políticos, viajeros y académicos del vecino país han publicado una gran cantidad de informes, manuales, artículos y libros, que justifican la idea de que la nuestra es la "revolución preferida" de los estudiosos norteamericanos. Pero fue en los años sesenta cuando inició el boom mexicanista en las universidades anglosajonas y desde entonces no ha dejado de crecer, con altibajos, su atención por la historia de México.
En contraste, hay pocos análisis que aborden los autores, enfoques, temas, procedimientos y olvidos de la historiografía estadounidense desde la perspectiva mexicana. Así, esta obra contribuye a la comprensión de la mirada histórica norteamericana, centrada en la participación campesina en la Revolución de 1910.
Esta obra recibió en 2003 el premio Edmundo O'Gorman a la mejor tesis de maestría por parte del INAH.