Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
El 12 de diciembre de 1794, fray Servando Teresa de Mier manifestó en su sermón que el culto a la Virgen de Guadalupe había sido traído a la Nueva España, mucho antes de la Conquista, por el predicador santo Tomé, dueño original (y no Juan Diego) de la capa en que está plasmada la imagen de la Virgen. Dichas aseveraciones ocasionaron que el arzobispo Alonso Núñez de Haro lo expatriara y enviara a España por diez años, prohibiéndole instruir, predicar y confesar. Es este episodio el que marca el inicio de Memorias, en que se leen desde la fundada defensa de fray Servando a su discurso hasta las terribles e insólitas vicisitudes que le acontecieron en su afán de volver a México y las que acaecieron en cuanto llegó. A ello se suma una gran variedad de peculiaridades de la Europa (sobre todo de España, Francia e Italia) del siglo XIX: las costumbres, la vida religiosa, la situación política, la corrupción, la aristocracia española e incluso la ciega confianza del virrey en sus subordinados.