Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
Una nueva ciudad, un trabajo nuevo, una nueva casa y, de repente, la pandemia. Cristina Puga, doctora en Ciencias Políticas, medita sobre su vida académica en casi tres décadas de la UNAM, desde la huelga estudiantil del 99 que vivió como directora de su Facultad hasta llegar, mucho tiempo después, como investigadora al Centro Peninsular en Humanidades y Ciencias Sociales en el escenario más contemporáneo y universal posible, el encierro que recién enfrentó la humanidad para protegerse del virus Covid-19.