Alfonso Reyes dijo de Goethe que si pecó por algo fue por querer aplicarlo todo al alcance de los sentidos, negándose a la mano oscura de la matemática o a las abstracciones filosóficas, y agregó: "nunca quiso pensar en el pensamiento, sino sólo en las cosas". Con su jugosa exposición, Alfonso Reyes nos pinta la existencia, obra y contorno del genio creador de Fausto.
En el gran escenario del mundo nos obligamos a representar papeles distintos. Es posible, sin embargo, que de todos ellos quede un resto no histriónico. ¿Descasa ahí nuestro ser más recóndito y auténtico?.Dicha interrogante preside esta novela que aporta dos novedades en la bibliografía de su autor: ser su primer relato policiaco e incorporar el tema religioso. La mezcla de lo detectivesco y la meditación teológica dan por resultado personajes y situaciones que son a la vez familiares y extraños. Así, a partir de reflexiones nacidas de una conciencia profundamente religiosa, el protagonista analiza con hondura e intensidad el conflicto que lo envuelve.¿Podemos alcanzar l a soledad y el silencio que se producen cuando no hay más papeles que representar? En sus pesquisas el personaje principal explora esta vía: evadir el teatro del mundo y oír la voz que brota en el aislamiento. No obstante, porque el hechizo del mundo es grande para criaturas como él, el combate interior que resulta de ese esfuerzo se establece en una zona interior, íntima, sin espacio: el punto donde todos intentamos descifrar la trama policial de la existencia..