El autor sostiene que la economÃa y la literatura tienen puntos de contacto y para demostrarlo aborda los siguientes temas: el origen histórico de la filosofÃa y del dinero acuñado, asà como la postulación bivalente que afirma que las palabras señalan cosas concretas y que el dinero implica la posibilidad de obtener bienes si aceptamos que la literatura es valorable.
Cuando en 1983 se publicó por primera vez Lectura de Foucault, Miguel Morey pretendía realizar una lectura exhaustiva de la obra de Michel Foucault, un poco como «caja-de-herramientas» foucaultiana, para abrirle paso a los lectores hacia su pensamiento: «Trabajo pues de profesor de filosofía que se obliga a permanecer en la sombra, tratando tan sólo de restituir la voz y la nervadura discursiva del filósofo que explica».