Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
Tras una vida de desengaños, Soledad es contratada para preservar en un Banco de Recuerdos la memoria de un paciente con alzheimer. La paga es buena y el trabajo se vincula con su vocación literaria, incluso el hombre tiene un extraño atractivo; sin embargo, esta actividad aparentemente fácil se va llenando de sorpresas: él tuvo una profesión cuya trayectoria ha sido velada por motivos secretos. La protagonista irá descifrando las claves de una existencia llena de golpes de timón mientras enfrenta sus propios demonios y se reinventa como artista; Soledad y Olvido son dos caras de una moneda en el aire.Vida y obra, creación y realidad son un todo indisoluble que Laura Martínez-Belli nos hace recorrer en ambas direcciones mientras demuestra, una vez más, su talento para crear atmósferas y mantener la tensión hasta la última página.