En 1797 aaprecio en Holanda La nueva Justine o las desgracias de la virtud, seguida de la historia de Juliette, su hermana, Escrita por Donatien Alphonse Frocoise de Sade, esta monumental obra horrorizo al mundo como ninguna otra historia de la literatrura.
Papeles de amor y de odio, esas figuras femeninas que siempre vemos en función de la
distorsionada y delirante obsesión del poeta. Todas ellas, con sus embrollos, su egoísmo, su
zafiedad, ¿cómo podían convivir con Baudelaire? ¿Cómo iban a comprender algo de ese vendaval de
truculencia provocadora, esa mezcla de lo ruin y de lo ideal que le distingue? Nadie estuvo a la
altura de las circunstancias, pero era mucho pedirles, eran simples comparsas de teatrillos de
bulevar, prostitutas, musas venales con ciertas pretensiones de distinción, y el poeta pedía todo el
rugir del infierno y el azul de lo sublime, todo a la vez, y era mucho pedir.
Papeles de sumisión y de rebeldía, siempre bien establecidos y perseverantes. Odia al bueno de
maître Ancelle, y en el fondo le quiere y le necesita; como se desborda en elogios hiperbólicos con
Victor Hugo ausente y ya coronado de gloria en vida, aunque en el fondo, y al final lo reconoce
explícitamente, le detesta