Non Veritas Pandemium de Jorge Antonio García Pérez está surcado por tres grandes ríos: Una sabiduría bien diseminada por sus maestros que lo alertaron en contra de la petulancia; la fraternidad que se inculcaron los amigos, cuyas críticas para mejorar siempre llagaron con una sonrisa respetuosa; y, por último, el amor que lo ha alimentado toda la vida; una gentil esposa y un par de hijas, quienes le han brindado tiempo para que el autor se encierre en su aposento y extraiga, como los buenos magos, las historias que los lectores estamos esperando con una ansiedad siempre colmada cuando nos acercamos a sus libros. Se agradecen estas cualidades, porque siempre exigimos un buen contador de historias: aquel que colme nuestra dosis de imaginación diaria. Alguien debe contar nuestra vida, porque sin esta relación no tendría caso vivirla. Jorge Antonio se ha echado a cuestas esta tarea. Es un compromiso artístico que alientan sus amigos y sus familiares y que a veces apoyan las instituciones culturales. Abrimos sus páginas y sabemos que está haciendo la Relación de nuestros días, que nos entrega el cuento exacto de nuestra existencia.