Marc Slonim proporciona una admiorable introducción pqara los que se inician por los caminos de la novela, el cuento, el teato y la poesÃa rusos y un recordatorio vivificante para los viejos entusiastas de la gran riqueza de esta literatura y de sus más altos representantes.
En este volumen, el más aventurado de cuantos componen su bibliografía, Juan Manz (Ciudad Obregón, Sonora, 1945) emprendió un viaje a la semilla o, mejor dicho, al centro del lenguaje.
Lejos de un capricho anacrónicamente vanguardista, Manz penetró en una zona de niebla de su propia voz con el empleo de la adjetivación sustantivada, pero también de otros recursos como el neologismo, la jitanjáfora y hasta una serie de caligramas abstractos que representan, gráfica y silábicamente, la columna vertebral de su canto: radiografías o resonancias magnéticas del verbo.