Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
La Gran Guerra los orilló a dar una parte de sí mismos; Adelmo Cantelli se las ingenia para que su complexión no sea un impedimento para ayudar en el frente, contrario a Giovanni Mizzoli que está dispuesto a sacrificar su cordura para alejarse del campo de batalla. Mientras, Marie-Louise teme comprobar los rumores sobre los Vaché, y los innovadores en tecnología esperan descubrir el arma definitiva para vencer al enemigo. Todos desean concluir la interminable batalla y poner fin a los horrores que derivaron de ella, pero ésta ha quedado impregnada en sus actos, en sus mentes, en su vida y en sus historias
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