Estos testimonios han permitido a la historia tener una perspectiva distinta, más rica y vivida, de la Revolución ya que además de los datos se descubre los protagonistas; casi todos los narradores eran niños en aquellos años y hablan de su infancia y las penalidades y alegrías por las que pasaron. Se trata de testimonios originales y por lo tanto necesarios por comprender la realidad actual.