En 1797 aaprecio en Holanda La nueva Justine o las desgracias de la virtud, seguida de la historia de Juliette, su hermana, Escrita por Donatien Alphonse Frocoise de Sade, esta monumental obra horrorizo al mundo como ninguna otra historia de la literatrura.
Como el personaje de Borges que se propone la tarea de dibujar el mundo y termina descubriendo la imagen de su cara, Fernando Sánchez Mayáns (Campeche, 1925) decide investigar las reglas "del juego, no siempre limpio, de la creación artística".
A lo largo de los años, y en catorce ensayos, Sánchez Mayáns, integrante de la generación de Mascarones -donde destacan, entre otros, Rosario Castellanos, Jaime Sabines, Rubén Bonifaz Nuño, Ernesto de la Peña y Emilio Carballido- sigue las pistas poéticas de González Martínez, Villaurrutia, Chumacero, Rilke y Whitman; descifra los trazos de autores como Paz, Gide, Reyes y Elizondo; busca señales en la correspondencia ajena (Miller-Durrell) y encuentra huellas en la obra de la escultora Camille Claudel; entrevista a campos tan sorprendentes como la etimología, la geografía y la cocina.
Con todas las claves reunidas, el autor de Decir lo de la primavera y La muerte de la rosa, siembra un terreno en forma de libro para que él, y los lectores, cosechen su propio rostro literario.