Alfonso Reyes dijo de Goethe que si pecó por algo fue por querer aplicarlo todo al alcance de los sentidos, negándose a la mano oscura de la matemática o a las abstracciones filosóficas, y agregó: "nunca quiso pensar en el pensamiento, sino sólo en las cosas". Con su jugosa exposición, Alfonso Reyes nos pinta la existencia, obra y contorno del genio creador de Fausto.
La caja X puede ser cualquier cosa: la memoria, la existencia, el deseo, el misterio. Puede ser el poeta mismo, en alusión a una interioridad sensible y una racionalidad innombrable. También La caja X puede ser un reservatorio estético fragmentado cuyos elementos cuentan al menos con quince años de incesante trabajo poético. Esta colección de poemas, osadamente anárquica, encuentra su unidad en la intención de grabar instantes existidos. La evocación fundamental que da sentido al libro encuentra resonancias en la memoria mecanizada de los videojuegos, objetos omnipresentes en la vida del autor.