Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
El joven poeta y ensayista prueba a configurar con este libro un universo cerrado que pone a prueba las relaciones posibles del lenguaje. Como afirma la poeta uruguaya Virginia Lucas: "Con un lenguaje en movimiento, Cuaderno de agua contiene la reflexión, el diálogo entre varios discursos poéticos y la exploración de atmósferas donde las palabras caen y se tensan en una sensación de asfixia y vértigo. Las múltiples voces que habitan estas páginas testifican la pérdida de centro y, lejos de buscar un sentido o una revelación poética, establecen un juego donde la textualidad se afirma, se abisma y se contradice a través de su conciencia de la imposibilidad, reclamando una naturaleza crítica que recuerda a ciertas escrituras: Mallarmé, Michaux o Edmon Jabés." "A través de las cuatro secciones que componen el libro, leemos la experiencia del vacío y el insomnio, a la par que asistimos a una visión donde el lenguaje se define por su opacidad. Su punto de partida es la vigilia, la reivindicación de la lucidez como una herida interior. Finalmente, Cuaderno de agua puede leerse como un eco, una respuesta improcedente ante la clara fascinación que Solís Arenazas experimenta por estas palabras de Hamlet: el tiempo está fuera de quicio." Con este poemario, su autor obtuvo el Premio Nacional de PoesíaJoven Elías Nandino 2006, de acuerdo con un jurado compuesto por Víctor Manuel Cárdenas, Héctor Carreto y Carmen Villoro.