Elemento indispensable en la formación de toda persona culta sigue siendo hoy el conocimiento de las letras clásicas. El autor traza aquà un panorama de la literatura latina sin omitir nada esencial y dando una clara idea de las figuras y corrientes.
La finitud de la vida de los padres y el comienzo de la disgregación familiar, así como la violenta irrupción de culpas y resentimientos, abordados desde imágenes poéticas construidas en torno a la muerte, con elementos litúrgicos, antes que místicos, es la base de la poética de este libro. Escrito en cinco partes y dos poemas independientes, que son la apertura y el cierre, se juega con el sentido del transcurrir, de los sentimientos básicos inocultables, los reflejos y nombres de personajes míticos y místicos. De esta suerte, El Minotauro y María son las piedras fundacionales que dan origen a un Primer Espejo, a una Segunda Luna y al Azogue Final. Libro amargo, de una violencia contenida, que nos enfrenta a sentimientos inesperados ante los seres alguna vez queridos, ante la muerte por abandono de la vida de la madre y una visión descarnada del padre.