Alfonso Reyes dijo de Goethe que si pecó por algo fue por querer aplicarlo todo al alcance de los sentidos, negándose a la mano oscura de la matemática o a las abstracciones filosóficas, y agregó: "nunca quiso pensar en el pensamiento, sino sólo en las cosas". Con su jugosa exposición, Alfonso Reyes nos pinta la existencia, obra y contorno del genio creador de Fausto.
¿Cuántas caras tiene la moneda poética de Francisco Hernández? Docenas, tal vez cientos de rostros en los que su escritura se desdobla. A manera de espejo y de homenaje, gran parte de la poesía del veracruzano traza los rasgos particulares de los otros fantasmas en los que ha abrevado, atizado por la sed y la fruición lectora. Schumann, Scardanelli y Trakl, pero también Rilke, Kafka, Eliseo Diego y tantos otros semejantes suyos que le han servido de brújula para buscar un norte único e irrepetible: el suyo propio. Más que una galería, esa poesía de Francisco Hernández configura espacios habitables. Su talento es saber encarnar en otros moldes, haciéndolos suyos, correspondiendo al preciso rigor de su forma. Los otros no, sencillamente, la tierra donde el poeta cultiva su flor y sus espinas.