En 1797 aaprecio en Holanda La nueva Justine o las desgracias de la virtud, seguida de la historia de Juliette, su hermana, Escrita por Donatien Alphonse Frocoise de Sade, esta monumental obra horrorizo al mundo como ninguna otra historia de la literatrura.
Cerca de dos millones de perros "sin dueño" deambulan por las calles de la ciudad de México. A trote por este libro descubrimos que el perro callejero si tiene dueño: barrio, la colonia, el pueblo. Los vecinos juegan con él, le abren las puertas de sus casas, le dan de comer y beber, lo protegen de la perrera. Le ponen un nombre y en ciertos casos, hasta un collar. El perro, sin favoritismos, le es fiel a cada uno de sus "dueños". Responde a los varios nombres que le ponen. Incluso llega a arriesgar su vida para defender a sus múltiples benefactores. El perro callejero puede formar parte de la vida domestica de una o varias familias, sin embargo jamás será "domesticado" del todo. Vuelve una y otra vez a su casa: la calle. A su libertad.