Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
Una noche de febrero de 1578, Louis de Clermont, señor de Bussy, es emboscado en un callejón de París por los favoritos del rey Enrique III. Diana de Meridor, que está retenida por el señor de Monsoreau, le acoge en su casa y el señor de Bussy, en medio del delirio por las heridas recibidas, cree tener una visión y se enamora perdidamente de ella. En medio de las intrigas políticas y los enfrentamientos de la nobleza cortesana que marcaron el devenir histórico de Francia durante la segunda mitad del siglo xvi, la historia de amor de estos personajes se va desgranando en un relato lleno de aventuras y acción que traza un sorprendente fresco del violento reinado del último de los Valois. La dama de Monsoreau constituye el segundo volumen de la trilogía de Alexandre Dumas centrada en las guerras de religión, al que precede La reina Margot y sigue Los Cuarenta y Cinco.