Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
Cleopatra llora el fin de su amor en una barca que remonta el Nilo. Ha sido abandonada por su
amante, el romano Marco Antonio. En el corazón de ambos todos los conflictos del amor y la pasión,
que llevarán a nuevos encuentros que inevitablemente tendrán un destino fatal. No digas que fue
un sueño es una gran novela de amor, enmarcada en un período histórico apasionante: los
estertores del Egipto amenazado por el imperialismo de la todopoderosa Roma. Pero es, sobre todo,
un intento de reivindicar la figura de una de las mujeres más fascinantes de la historia. Cleopatra
aparece en esta novela como un personaje original y contradictorio.
Ya no es solo una mujer enamorada, sino una mujer entregada por completo a la política, esfera en
la que supo cultivar el mestizaje y sacar provecho del mismo para sus fines.
Un espléndido retablo sobre todas las fases del amor, sobre la muerte y la caída de los imperios,
temas que Terenci Moix plasma con maestría en esta novela.