Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
Esta obra relata el apogeo y la caída de Stefan Wilde, el zarévich, un inmigrante polaco en busca del sueño americano que habita y trabaja en el Panna María, un castillo en el corazón de Nueva York a principios del XX. Durante varias décadas, Stefan se ve envuelto en guerras políticas, mafias, prostitución, vidas que nacen y vidas que se pierden, relaciones cambiantes y amores prohibidos, al mismo tiempo que la ciudad que llama su hogar se va transformando con el devenir de los acontecimientos históricos y, por ende, su vida y su forma de ver el mundo también se alteran.