Elemento indispensable en la formación de toda persona culta sigue siendo hoy el conocimiento de las letras clásicas. El autor traza aquà un panorama de la literatura latina sin omitir nada esencial y dando una clara idea de las figuras y corrientes.
En este volumen, el más aventurado de cuantos componen su bibliografía, Juan Manz (Ciudad Obregón, Sonora, 1945) emprendió un viaje a la semilla o, mejor dicho, al centro del lenguaje.
Lejos de un capricho anacrónicamente vanguardista, Manz penetró en una zona de niebla de su propia voz con el empleo de la adjetivación sustantivada, pero también de otros recursos como el neologismo, la jitanjáfora y hasta una serie de caligramas abstractos que representan, gráfica y silábicamente, la columna vertebral de su canto: radiografías o resonancias magnéticas del verbo.