El autor sostiene que la economÃa y la literatura tienen puntos de contacto y para demostrarlo aborda los siguientes temas: el origen histórico de la filosofÃa y del dinero acuñado, asà como la postulación bivalente que afirma que las palabras señalan cosas concretas y que el dinero implica la posibilidad de obtener bienes si aceptamos que la literatura es valorable.
Quien esté familiarizado con las novelas de Gaddis conoce el alcance de su inteligencia, de su lucidez; una sagacidad y una capacidad de penetración que el lector hallará también aquí en toda su magnificencia. Baste como ejemplo el texto que da título al libro, donde lanza sus dardos a la cultura del éxito de su país, a esa unión entre ética protestante y capitalismo que da lugar a la idea tan perversa como falsa de que quien es pobre lo es porque lo merece y que los más favorecidos son también los más virtuosos. El escritor, la literatura, también caerían del lado de los perdedores, de los relegados, de los rezagados en la implacable y ciega carrera del progreso hacia ninguna parte, pero desde esa posición marginal podrán señalar las fallas y miserias de un sistema abyecto e injusto.