Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
En los once relatos que reúne La voluntad de marcharse, los protagonistas continuamente enfrentan la muerte y la condición humana. A partir de una narrativa rigurosa e intimista que audazmente integra el discurso de los diversos personajes, Eduardo Ruiz logra compartir con sus lectores una buena dosis de literatura fantástica, ya sea cuando Gastón Tévez se encierra en su determinación de abandonar la conciencia; en la fatal contradicción que emerge en la vida del chimpancé de "Variación a un tema de Kafka"; o bien en la fantasía a cinco voces que cierra el libro y establece la tradición vital literaria del autor sobre las experiencias de Juan Rulfo, Federico García Lorca, Macedonio Fernández, Fernando Pessoa y un hipotético lector, quien entrecruza y germina las emociones de sus maestros.