Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
Francisco Fernández en Ventanas a la Gestalt, echando mano de
escritos de filósofos, educadores, poetas y artistas, propone
acercarnos a esta corriente psicológica desde cuatro ventanas: el
modo de mirar, una óptica; la manera de sentir, es decir una estética;
un camino para responder, la ética, y la forma de ir al encuentro, una
erótica.
Pensar a la terapia desde estas cuatro ventanas, y además con
miradas ajenas a los postulados clásicos que la guian, amplia de
forma descomunal el entendimiento de lo que sucede entre los
pacientes y el gestaltista en el consultorio.
Francisco Fernández escribe este nuevo libro sobre el proceso
terapéutico desde un enfoque todo menos que convencional.
Echando mano de escritos de filósofos, educadores, poetas y artistas
propone acercarnos a la Gestalt relacional desde cuatro ventanas: el
modo de mirar, una óptica; la manera de sentir, es decir una estética;
un camino para responder, la ética, y la forma de ir al encuentro, una
erótica. Las referencias que incluye de estos virtuosos son idóneas
para hacer un ejercicio de exploración y reflexión del quehacer en el
ámbito clínico que no deja que lo personal salga intacto. Pensar a la
terapia desde estas cuatro ventanas y además con miradas ajenas a
los postulados clásicos que la guian,amplia de forma descomunal el
entendimiento de lo que sucede entre los pacientes y el gestaltista
en el consultorio.