Alfonso Reyes dijo de Goethe que si pecó por algo fue por querer aplicarlo todo al alcance de los sentidos, negándose a la mano oscura de la matemática o a las abstracciones filosóficas, y agregó: "nunca quiso pensar en el pensamiento, sino sólo en las cosas". Con su jugosa exposición, Alfonso Reyes nos pinta la existencia, obra y contorno del genio creador de Fausto.
Julián Meza hace de la vocación literaria una manesa, para él la más importante y profunda, de pensar el mundo. Por eso en sus ensayos -Ángeles, demonios y otros bichos, Bestiario de la modernidad mexicana- se ve clara y plenamente al novelista -La huella del conejo, La saga del conejo, La feria de los lacayos-, al narrador que crea personajes que son ideas sin dejar de ser personajes. A la vez, en sus libros de ensayos se ve como las hipótesis recurren a los artificios de un personaje de cuento, nos seducen con su belleza y agilidad, a veces con su heterodoxia o su valentía, de manera que al provocar empatía de tipo afectivo las entendemos mejor. En este sentido su libro Cándidos y tartufos resulta ejemplar y a más de quince años de su publicación sigue siendo una llamada de atención e la búsqueda de un pensamiento sin dogma.