Las nuevas
realidades tecnológicas, como la realidad virtual, el ciberespacio o el internet,
han modificado de una vez y para siempre nuestra percepción del tiempo y del espacio,
han creado la ilusión de una profundidad en la pantalla de las computadoras, y
el espejismo de que el genio y la inteligencia se encuentran al alcance del usuario.
Con mordaz alegría
y feroz lenguaje Jorge Durazno ha conseguido, con esta pieza, enfrentarnos a
los fantasmas atrapados en las maquinas.