Una adolescente -virgen en muchos sentidos- es abordada por otras dos, punks y nada virginales. Lenin y Mao son las chicas punk; acosan a Marcia para que las siga, o para que se una a ellas; Marcia con timidez adolescente no puede desprenderse de ellas y tampoco quiere del todo; es finalmente una púber llena de vergüenzas, por sobre todo la vergüenza de llamar la atención. Charlan un rato de cualquier tema, como chicos para ningún tema tienen la prudencia o la modestia de los viejos. Todo esto -que pasa en una o dos horas- sucede en el barrio de Flores, cuya geografía es detallada sin escrúpulos: calles y avenidas, supermercados, confiterías, calles oscuras o pobladas de jóvenes. Y entonces Mao y Lenin deciden probar su sinceridad; como típicos adolescentes ofrecen una prueba de amor. La prueba. Resulta imposible de resistir; entonces ante semejante acto de convicción Marcia se entrega, y huyen las tres. Un final feliz, aunque nunca visto (quizás en lisérgicas películas americanas).