Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
El doctor Samuel Johnson, monstruo intelectual y atento observador de la realidad, ejerce de maestro de ceremonias, siempre acompañado de su amigo James Boswell. Los Swift, idealistas y caóticos revolucionarios, portavoces de los aires de cambio del incipiente mundo nuevo, se enfrentarán a sus propias contradicciones de la mano del doctor Johnson, quien pondrá a prueba sus capacidades morales e intelectuales. En un texto impregnado de sutil ironía, Chesterton construye una brillante alegoría de la nación que nace, con su ímpetu y su inocencia. Juegos de poder, intriga y las emociones más íntimas hacen de esta obra un retrato de una sociedad, la de principios del pasado siglo, no tan diferente de la nuestra.