El autor sostiene que la economÃa y la literatura tienen puntos de contacto y para demostrarlo aborda los siguientes temas: el origen histórico de la filosofÃa y del dinero acuñado, asà como la postulación bivalente que afirma que las palabras señalan cosas concretas y que el dinero implica la posibilidad de obtener bienes si aceptamos que la literatura es valorable.
Aramís Quintero juega con las palabras y las cosas que representan esas palabras con un gran poder lírico y la agudeza que da el juego de los sentidos: "Uno quiere ser ya grande, / aunque tenga pocos años. // Que lo dejen irse solo / por las calles de su barrio."