Roland Barthes se propone descubrir una estructura en la existencia de Jules Michelet, es decir, desenmarañar la red de las obsesiones del historiador clásico francés, autor de obras ahora imprescindibles como Historia de Francia, La bruja, El pueblo, El insecto, entre muchas otras.En esa red de obsesiones de Michelet han quedado atrapados temas esenciales del devenir humano y del pensamiento, como la mujer, el sexo y el amor; la justicia, el pueblo y la revolución; la muerte y el sueño; la religión y la sangre, etcétera, pero dichos temas no son asumidos en forma abstracta por el historiador y su crítico, sino como florecimientos o pasiones en la vida y en la historia. Roland Barthes ha tejido también una red en esta obra y los fragmentos que recoge de Michelet logran componer de manera cabal el verdadero rostro del historiador.El riguroso método de Barthes hace de Michelet una auténtica creación que nos lleva apasionadamente al conocimiento profundo, en este caso de las ideas fijas que se apoderaron del espíritu de un gran historiador.
Qué está en juego en la literatura. Cuál es el fuego que el relato ha perdido, y que busca recobrar a toda costa. Y qué es la piedra filosofal que los escritores, con el mismo empecinamiento que los alquimistas, se esfuerzan en producir en el horno de las palabras. Qué resiste obstinadamente, en todo acto de creación, a la creación misma, y de esa forma confiere a la obra su fuerza y su gracia. Y por qué la parábola es el modelo secreto de toda narración. Como en Profanaciones y en Desnudez, Giorgio Agamben ha recogido en diez ensayos los motivos más urgentes y actuales de su investigación. Y, como siempre en sus escritos, la obstinada interrogación sobre el misterio de la literatura, misterio inquirido aquí hasta en sus aspectos más materiales ,la transformación de la lectura en el pasaje del libro a la pantalla, se entrelaza con una meditación sobre el otro misterio de la modernidad ético y político, esta vez.